RAPSODIA GASTRONÓMICA
Cantar ópera o cocinar es más o menos lo mismo que hacer el amor. Hay veces, no siempre, en las que consigues abandonarte totalmente a la música o al paladar y alcanzas algo parecido al clímax. Es este éxtasis el que buscamos, los 11+4 comensales asistentes, cuando nos dirigimos al insigne Teatro de la Maestranza del Majao para nuestra cita nocturna de los jueves, que esperamos no sea una opera bufa sino una enorme representación de bel canto gastronómico.
Un cuarteto de grandísimos compositores actúan en la gala de esta noche presentando sus mejores partituras. Johann Sebastián Benemérita Bach y Ludwig van Marqués Beethoven serán los directores de orquesta mientras de violinistas, pianistas o lo que haga falta vienen Wolfgang Amadeus Matabichos Mozart y Antonio Lucio Gasóleo Vivaldi. Esperemos que los dos últimos no toquen las piezas musicales más famosas de un pinche: "Tocata y fuga de cocina en Re menor", "Se me olvidó tirar la basura en Fa mayor" o "Me escaqueo de fregar en Si bemol"
Ludwig van Marqués Beethoven sale a la escena con un Preludio llamado "Crema de verduras al laurel". Una obra que evidentemente está escrita para tres pianos, cuchara y orquesta en fa mayor. La entrada por tanto es un allegro (rápido) que aquí gusta más que el adagio.
Johann Sebastián Benemérita Bach compone a dúo con Ludwig van Marqués Beethoven una pieza de incuestionable calidad titulada "Cordero lechal de Castilla la Mancha al horno, con salteado templado de verduras cromáticas y acompañado por salsa aliolada en mi bemol mayor".
Una obra que hace que la temperatura de la sala vaya "in crescendo". Entre el vino de Ribera del Duero y el de las bodegas de Jerez empiezan a salir barítonos y tenores hasta de debajo de las piedras y es que la combinación de esta brillante partitura, ya clásica, con los caldos produce embriaguez visual y lo que viene a ser el típico concierto para trompas.
En el libreto de Johann Sebastián Benemérita Bach está un finale lleno de ritmo y armonia. La partitura en cuestión consiste en una "sonata de yogurt con obertura de albahaca acompañada de crujiente de avellanas y frutas de la tierra de Boabdil".
La entrada a esta función costó 17 euros y Johann Sebastián Benemérita Bach vino con la indumentaria reglamentaria preparado por si alguno no tuviese a bien pagar y hubiese que tocar la famosa sinfonía "Concierto para porra en do mayor o Mísero agarratto, se te va a caer el pelo"
Si el día 22 de diciembre los niños de San Ildefonso cantan la Novena sinfonia, y suena así: "Sesenta y uno millll veiiintitreees, cuatrocientos milll eeeeuros", entonces interpretaremos a capella la famosa partitura "Tocata del décimo de Leo y fuga para el Caribe o donde nos salga de los huevos en do con corte de mangas sostenido menor".
Termina el concierto con una partita (también llamada suite) para naipes en la que más de uno utiliza la técnica del falsete aunque sólo les salga bien a los que tienen buen oído.