LA ODISEA (VERSIÓN LIBRE)

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                                    LA ODISEA (VERSIÓN LIBRE)
 
 
                                                           portada
 
 
 
 
                                CANTO I. Concilio de los dioses. Exhortación de Atenea a Telémaco Rasputín.
 
 
Háblame, Neptuno, de aquellos varones ingeniosos que se reunían los jueves en un grandioso local del ampuloso barrio de Los Remedios.¡Grandes dioses! Contadme alguno de esos conciábulos y con qué objeto unían sus fuerzas. No escatiméis los detalles.
«¡Oh padre nuestro, hijo de Saturno, el más poderoso de los reyes! si ahora agrada a los dioses bienaventurados que el prudente Odiseo Bacardí vuelva a su casa te contaré esa historia que me pides. Enviemos al momento a Mercurio, el mensajero matador de Argos, a la isla de Ogigia, para que diga pronto a la ninfa de hermosa cabellera nuestra firme voluntad sobre la vuelta del magnánimo Odiseo Bacardí, a fin de facilitar su regreso a los fogones.
 
 
                                                       BACARDI
 
 
 
                                         CANTO II . Telémaco Rasputín reúne en asamblea al pueblo del Majao.
 
 
A pesar de la fuerte oposición de Poseidon (que el hombre estaba jodidillo porque Odiseo o Ulises para los amigos, había dejado ciego a su hijo),tan pronto como se esconde el sol y llega el ocaso de negros dedos, el noble compañero de Odiseo Bacardí abandona su lugar de trabajo y manda a los heraldos de sonora voz, convocar una asamblea gastronómica a la que acudirán ventiún comensales que parece que estaban esperando para venir todos a la vez cuando les tocara ser pinches a Melenao Monarca y Polifemo Furtivo.
 
 
                 FURTI                                                       MONARCA
 
 
                            CANTO III. El palacio de Circe está en nuestra Itaca particular (Virgen de la Estrella 23).
 
Cuando Telémaco Rasputín y Ulises Bacardí entraron en el suntuoso palacio sintieron que ya estaban en su patria, admiraron los azulejos de las paredes, la grandeza de una barra que les pareció inmensa y la belleza del tomate. Recorrieron toda la estancia hasta que descubrieron la joya de la corona: la cocina. El éxtasis se apoderó de ellos al observar las rectas líneas de los mostradores, las grandes tablas preparadas para el corte y la perfecta redondez de los fuegos. Siguiendo una inspiración de la divinidad decidieron que harían las delicias de los allí reunidos y se les escuchó decir a los presentes: "Bienvenidos forasteros, seréis agasajados en nuestra casa, disfrutad del banquete"
 
 
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                               CANTO IV . Odiseo Bacardí y Telémaco Rasputín eluden el canto de las sirenas
 
 
Ni la colera de los dioses ni el peligroso canto de las sirenas pudo impedir que el navío en el que llegaron a Itaca, Odiseo Bacardí y Telémaco Rasputín, fondease antes en Motril en busca de unas sabrosas quisquillas y en la costa de Huelva a por unas coquinas y unas cigalitas que ambos se empeñaron en llevar al palacio para deleitar a sus invitados. Siguieron a rajatabla el consejo de Circe. "Tened cuidado con las sirenas porque aquel que imprudentemente se acerca a ellas y oye su voz, ya no vuelve a ver a su esposa ni a sus hijos. Pasad de largo y tapaos las orejas con cera y si alguno de los dos quiere escuchar la dulce melodía haced que os aten al mástil pero por todos los dioses del Olimpo traed las quisquillas de los mares de Granada y hacedlas a la plancha, las coquinas y cigalas de Onuba mejor al ajillo pues son manjares que no se degustan todos los días. Y así fue como milagrosamente llegaron estos entrantes a la mesa. 
 
 
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                                    CANTO V. El humus de garbanzo que nos regaló el ex rey Néstor Money.
 
 
Presintiendo que los cocineros podían quedarse cortos con las viandas y que los comensales no podrían saciar sus estómagos, el ex rey Néstor Money tuvo a bien invitar a los presentes a un humus de garbanzo con sus bastones de zanahoria y sus colines alargados. ¡Menos mal que lo trajo porque si no pasamos hambre seguro!
 
 
 
                                                                                        HUMUS
 
 
 
 
                                           CANTO VI. La furia de los dioses quema las huevas de merluza.
 
 
 
 
Los designios de los dioses son inescrutables y cuando Odiseo Bacardí puso las huevas a la plancha se levantó una brisa favorable que avivó el fuego dándole un ligero color negro a las huevas de merluza. Pero nuestro Ulises Bacardí es un hombre de recursos y ordenó a Melenao Monarca y Polifemo Furtivo que pusieran las huevas sobre un lecho de lechuga y, una vez rociadas con una salsa de ajillo, las cubriesen con lonchas de jamón ibérico de tal forma que no se apreciase el color negruzco del producto en cuestión.¡Qué listo es este chico!
 
 
 
                                                                              HUEVAS
 
 
 
                                       CANTO VII. Los Cíclopes recomiendan a Odiseo poner un entrante más.
 
 
 
Los soberbios, los sin ley, los que no plantan con sus manos frutos ni labran la tierra recomendaron a Odiseo poner un entrante más. Ya se sabe que un buen cíclope siempre tiene más hambre que los perros de Polifemo Furtivo así que nuestro cocinero, para completar la primera fase del ágape, nos preparó unas bolitas de queso de cabra a la miel antes de empezar a comer ya en serio.
 
 
 
                                                                BOLITAS
 
 
                                       CANTO VIII. Comiendo carne en abundancia y probando un delicioso vino.
 
 
 
Como buen aqueo a Telémaco Rasputín lo que más le gusta es la carne, sobre todo de corderos y cabrones, con un buen caldo como el que le gusta a Dionisos que se llama Ondarre. Una buena pata de cordero asada con sus patatitas al horno hacen las delicias de cualquiera. ¡Ya quisieran los Cíclopes haber sido invitados!
 
 
 
                                        CARNE2
 
 
 
                                                                 CANTO IX. Cánticos regionales y postre.
 
 
 
A los postres se desató un vocerío sobrenatural. Las libaciones de vino produjeron euforia y exaltación de la amistad que inevitablemente va unida a los cánticos populares de hermanamiento. Se corearon al unísono algunos temas inmortales :"como no te voy a querer...", "¡ay, que te como el txitxingorri!" fueron los más vitoreados. Mientras tanto acabamos con una crema de yogurt y nata adornada con fresón y regada de licor.
 
 
 
                                                                 POSTRE
 
 
 
                                                    CANTO X. Los cocineros saldan cuentas con los comensales
 
 
 
Forasteros, sacad de vuestros sucios zurrones diecinueve euros y dádselos a estos buenos hombres para compensar los gastos que hayan podido tener en la adquisición de las viandas porque es de bien nacidos ser agradecidos y la hospitalidad es una virtud que debe ser recompensada. No escatiméis gastos porque habéis comido y bebido hasta la saciedad.
 
 
                                                                                    HUESOS PERRO
 
 
                                                                  CANTO XI. Y Laertes Lancha estrenó su mandil.
 
 
 
Caras de satisfacción en los presentes por la gran cena ofrecida pero algunos además estaban eufóricos por diferentes motivos. Así pudimos ver a Antinoo Frigomán que ha recuperado la felicidad en su rostro, a Egisto Benemérita en éxtasis por que su partido está en boca de todo el mundo, a Laertes Lancha que por fin tiene mandil propio o a Polifemo Furtivo porque se marchó cargado de huesos para su jauría.
 
 
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