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Creado en Lunes, 11 Febrero 2019 12:28
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Escrito por Joaquín Gómez
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EL RITO DE INICIACIÓN DE LANCHA Y SU OLLA FERROVIARIA
La Orden de los Pobres Compañeros de Cocina con Mandil y del Templo del Majao (en latín pauperes amici comilones mandilium templique majadici ) fue fundada en 2007 por unos visionarios que tuvieron fé en una idea y que, con el tiempo, se está convirtiendo en una de las más antiguas y poderosas órdenes gastronómicas de la capital hispalense, de Andalucía y, en unos años, del mundo.
Sobre estos caballeros templarios siempre han pesado acusaciones de herejía, sodomía o satanismo pero pasarán a la historia por su arrojo y por su combatividad en los fogones.Si en las Cruzadas el objetivo era arrebatar Jerusalén a los sarracenos, aquí tratamos de conseguir la excelencia gastronómica jueves a jueves y para ello tenemos nuestro propio ejército ( 29 caballeros dispuestos a darlo todo) perfectamente uniformados con sus mandiles y que, en lugar de espadas, manejan los cuchillos con minuciosidad y maestría.
Bernardo de Lebrija-El Cuervo, alias el Marqués es, en estos momentos, nuestro gran maestre y por ello acude a la ceremonia de iniciación del postulante Hugo el Lancha, que será llevado al fondo del local, donde deberá ejecutar con precisión las técnicas más refinadas posibles para dar de cenar a los nueve caballeros que lo acompañan. Son pocos porque muchos de ellos están de Cruzada en Tierra Santa uséase en el Villamarín.
Su preceptor será Arnaldo, el Moro de Felipe II, que ha trasladado su residencia a la capital para no tener que acudir a las reuniones desde las montañas de Camas.
Cuando un novicio se postula para entrar en nuestra Orden tiene que hacer votos de fiel compañerismo, buen hacer con los hornillos y, sobre todo, obediencia que es condición sine qua non para ser un buen pinche. Los caballeros obedientes que estarán a las órdenes del debutante son Gilberto Bacardini y Rinaldo el Madriles, dos templarios veteranos curtidos en mil batallas.
Y la batalla la empieza Arnaldo, el Moro de Felipe II que ha preparado una ensalada de bacalao ahumado con naranja y granadas. De acompañamiento lleva unos frutos secos y aceitunas negras. Como siempre nuestro caballero ha sido asesorado por su esposa.
En el campo de batalla mira tu pecho, si llevas el escudo del Majao... perfecto. Si no lo llevas estás perdido... Pero igual que los templarios llevaban la empuñadura personalizada el Lancha trae la olla grabada con su nombre. A ver quien ha sido el guapo que ha hecho esto en esta santa sociedad.¡Con dos huevos este Lancha! Gran olla ferroviaria con la que se pueden hacer unas fabes con almejas sin despeinarse y sin usar los fogones. En el suelo o en medio del campo. Esto es un debut a lo grande...
Aguerrido, batallador, combativo podrían ser perfectamente adjetivos calificativos que se pueden aplicar al puto amo de la olla ferroviaria porque es capaz de realizar a la par una magnífica carrillera al vino tinto con setas de la que no nos han llegado fotos pero sí excelentes referencias. Pondremos una foto de la mesa.
¡Lancha! Haz lo que puedas, con lo que tengas, en donde estés...Pero siempre llévanos a la gloria.Y la gloria está en unas Carolinas de Bilbao. Y gloria dio ver al Lancha con sus bolsitas de manga pastelera totalmente entregado a la causa. Para los mal pensados quisiera aclarar que no son chavalas de Vizcaya que se llaman Carolina sino unos pastelitos típicos de la capital norteña que se componen de una tartaleta hecha de hojaldre o masa quebrada rellena de crema y con un generoso copete de merengue.Dice la leyenda que estos pasteles fueron creados por un padre que tenía una hija a la que le gustaba mucho el merengue y que ideó una forma para que no se manchase las manos. ¡El amor filial no tiene límites! Adivinad como se llamaba la niña...
Que el digestivo baje la alubias de tu estómago, que la tierra se vaya haciendo camino entre tus pasos, que el viento sople siempre a tus espaldas y no te traiga las ventosidades de los comensales, que el sol brille cálido sobre tu cara, que la lluvia caiga suavemente sobre tus campos y, hasta tanto volvamos a encontrarnos, que Dios te guarde en la palma de sus manos.Bien por tí, amigo Lancha. ¡Buen inicio chavalote!
NON NOBIS DOMINE, NON NOBIS, SED NOMINE TUO DA GLORIAM
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