Valoración: / 0
-
Creado en Sábado, 16 Febrero 2019 20:23
-
Escrito por Joaquín Gómez
-
Visitas: 1216
EN SAN VALENTÍN TAMBIÉN SE CATA Y SE CENA
Siglo III. Roma. Un sacerdote llamado Valentín se opone a la orden del emperador Claudio II que ha prohibido la celebración de matrimonios entre jóvenes porque considera que los solteros sin familia son mejores soldados ya que tienen menos ataduras y vínculos sentimentales. Por celebrar matrimonios en secreto es sentenciado a muerte el 14 de febrero del 270 y se convierte en San Valentín, patrón de los enamorados.
Siglo XXI. Sevilla. Cuatro amigos enamorados de la cocina quieren compartir este amor con veintisés comensales a los que piensan regalarles un gran banquete. Guerrita y Barbas serán parejita en la elaboración de las viandas y el Moro y el Candidato, que parecen Romeo y Julieta, realizarán las tareas de pinche. Estos últimos se han afiliado al SPU (Sindicato de Pinches Unificado) ya que consideran un abuso de la patronal el número de comensales de esta noche. Después de barajar acudir a las barricadas decidieron como medida de protesta cantar la Internacional combinada con canciones que se hicieron populares en Hernani y otras melodías de origen eclesiastico. Eso sí pinches, hombre que cocina atrae, pero si también lava los platos, enamora.
Si en los ochenta estábamos enamorados de la moda juvenil ahora con las canas nos apasiona más una buena cata de vinos, un ronqueo o un taller de cocina. Hoy hemos optado por la primera opción y nuestro socio Benemérita se ha traído a un experto somelier para que nos enseñe a beber vino, que ya era hora, porque uno que yo conozco si se lo echaran en un abrevadero se lo tomaría igual. Pero no lo han dejado y se han ido a buscar unas copas adecuadas por lo que el personal está ya hambriento y borracho. Lo primero que ha hecho el profesional es decirnos las tres zonas de la Rioja que existen, para luego hablarnos de las tierras de cada zona, del ser humano, la vid, el clima, los tipos de barricas,etc. Menos mal que no ha preguntado después porque más de uno suspende seguro. A que no sabíais que no todo es roble americano o francés. ¡También hay barricas rusas!
Empieza la cata con un vino blanco de Ladrón de Guevara que el Barbas marida (qué bonito es el amor) con unos ahumados y frutos secos. Mientras nuestro experto nos comenta lo que el vino nos ofrece en vista, nariz y boca. Al final, después de marear la perdiz, resulta que el vino sabe a chuche de plátano.¡Incultos! El Barbas, que a partir de ahora tendrá de mote "Escaqueitor" o "Correturnos", ha puesto en una pizarrita unas huevas de maruca con unas almendritas, una tostadita de salmorejo con sardina y otra de bacalao ahumado con pipas de calabaza. ¡El tío sólo ha usado el fuego para encender un cigarro! ¡Es un catedrático en el arte de abrir latas y paquetes de frutos secos!
El enamoramiento se nota porque te vuelves idiota y eso es lo que parecíamos cuando nuestro experto nos dijo que el color del vino joven era cardenalicio. ¿Ese color existe? Todo el mundo sabe lo que es un mus catedralicio pero,¿ desde cuando existe esa tonalidad? Manda cojones...
¿Con qué maridó nuestro cocinero barbado este vino? Pues el artista tampoco gastó cerillas. Cogió un poquito de queso viejo curado y de roquefort y lo puso en unas bandejitas. ¡Seguro que lo compró cortado!
El amor es una enfermedad mental grave, cuando estás enamorado son los dos días y medio más gloriosos de tu vida, pero luego en San Valentín (después de muchos años de relación) hay veintiséis individuos que han preferido acudir a una buena cata de vinos así que pasamos al tercero de la noche que es un crianza. Miramos a ver si vemos la lágrima pero a estas alturas el personal tiene más hambre que el perro de un ciego y lo único que ve son los platos con jamón, salchichón y caña de lomo que ha puesto en la mesa nuestro esforzado chef para casarlos con el Barón Ladrón de Guevara crianza.
El amor es tan importante como la comida pero no alimenta. Hay quien dice que no existe, que es un invento de noches de borrachera. Pero debe de existir porque anoche nos enamoramos del conejo al picantón con crema de cebolla morada del compañero Guerrita que sirvió de maridaje con el Ladrón de Guevara de autor. ¡Qué rico! Este cocinero si se lo curró... ¡Y encima el vino llevaba oro!
Este vino combinaba bien con el postre que diseñó el amigo Guerrita, un helado de queso de cabra con almíbar de cerveza y bizcocho de pimentón. Buena actuación del hermanito pequeño de esta legendaria saga de cocineros.
La cena tuvo un precio muy asequible (12 euros) gracias a la generosidad de las Bodegas Barón Ladrón de Guevara que nos regaló los vinos de la cata. Tuvo mucho éxito el pitorro decantador. Se pudieron ver muchas miradas de envidia al pitorrito...
No tienes derechos para añadir comentarios